#RL 31 El hombre del piano.
Todo empezó con una columna sobre Billy Joel en la radio.
En cuanto escucho alguna historia de vida que me interpela, directamente la dejo corriendo para ver si funciona como una especie de faro en mi propia vida.
Serán cuestiones de la vanidad o del ego pero siempre me siento identificado con las historias de los antihéroes, los abandonados, los románticos, los incomprendidos, los caóticos, los “genios” o los distintos…
No tenía idea de su historia, pero al parecer su padre lo abandona cuando era un niño. Listo, el catalizador en la película ha sido insertado para que la vea hasta el final.
Redescubrí a Billy Joel hace unos años a través de las nuevas plataformas de música. Venía escuchando su música en diferentes soundtracks y de repente vinieron a mi cabeza recuerdos del pasado. Hay algo que pasa con los clásicos que uno los descubre o redescubre desde diferentes lugares, contextos o líneas de tiempo.
La primera vez que lo escuché fue en unas vacaciones en Villa La Angostura. Era la primera vez que pasábamos las vacaciones con mi familia en el Sur Argentino. Por lo general las pasábamos junto a mis abuelos en su casa de Punta del Este. Mirándolo a la distancia, supongo que mi madre debe haber incidido bastante en que cambiáramos el destino vacacional con tal de no tener que pasar sus días de descanso junto a sus suegros. Lo supongo, pero no lo sé.
La cabaña era toda de madera, con dos plantas. En la parte de abajo estaba el living comedor que tenía un ventanal, si la memoria no me falla, que daba al lago Nahuel Huapi. Arriba, creo que estaba mi cuarto y el de mi hermano.
Hay dos recuerdos que supongo tener nítidos en la memoria; uno, es que el inquilino anterior se había olvidado un juego de naipes de la película Batman de Tim Burton con el que jugué a “la guerra” todo el verano. El otro, es que en el minicomponente de la casa se escuchaba seguido un compilado doble de grandes éxitos de Billy Joel.
Sospecho que lo había comprado mi papá porque después lo seguí viendo en su colección de CD´s en Buenos Aires.
La tapa era una foto en blanco y negro de Billy sujetándose la cabeza, sobre lo que de grande descubriría, era un piano.
Ahora que lo pienso bien, en la foto tenía un aire al Michael Keaton de Bat Man; algo sombrío y misterioso, pero con presencia. Tal vez por eso me llamaba la atención. Serán cuestiones de la época.
Es interesante ver cómo funciona la memoria. Por un lado, selecciona imágenes y sensaciones de lo que nos llama la atención y por el otro, se ocupa de borrar o de almacenar en el inconsciente registros que nos pueden llevar una vida entera volverlos a encontrar.
Con el tiempo y después de escuchar una versión de I saw her standing there en el Madison Square Garden junto a Paul McCartney, volví a escuchar a Billy Joel.
Además de los clásicos, volví a descubrir grandes canciones como it´s my life, it´s still rock and Roll to me o Pressure; pero si les tengo que ser honesto, será el tiempo o la mediana edad, pero la canción que más suena en mis auriculares hoy es Just the way you are.
Nos vemos la próxima.
Algunos Randoms de la semana:
Una cover de We didn´t start the fire Por Fall Out Boy adaptado al mundo de hoy.
Me prestaron este librito “La conquista de la felicidad”. Por ahí en el dos mil veintisiete lo termino. El primer capítulo arranca así: ¿Qué es lo que hace a la gente sentirse desgraciada? La absorción en uno mismo. Las formas de estar absorto en uno mismo son: amargarse por todo lo que uno no hace bien (que el autor lo llama pecados), el narcisismo y la megalomanía. Al parecer tengo mucho trabajo por hacer para ser feliz
Este mes, es el día del amigo. No te duermas y regalá un Loitt. Los combos de vino pueden ser una buena opción. Ideales para cuestiones de la amistad en títulos como “¿Nos ponemos al día?” o “Esta es nuestra mejor terapia”.